En nombre de quienes hacemos la PUCESE reciban la más cordial
bienvenida a esta celebración por los 33
años de la sede.
En septiembre cumpliré 15 años de trabajar en la PUCESE y me
puse a analizar que es aquello que nos
envuelve y nos compromete en la PUCESE que terminamos trabajando largas jornadas,
días, meses y años…. porque tenemos compañeros que este año cumplirán 20, 25 y
hasta 30 años de servicio y la conclusión a la que he llegado es que nuestra
universidad tiene un algo, un algo a lo que he denominado el ENCANTO DE LA
PUCESE.
Pero cual es mis queridos amigos este encanto, pues radica definitivamente en su gente, gente amable, buena, sencilla, con
grandes valores. Un día en la universidad
inicia desde muy temprano en la mañana cuando se abren las puertas y
vemos a los compañeros realizar con amor la limpieza de las aulas y oficinas, a
los pocos minutos ingresan los docentes y los estudiantes y en cuestión de minutos
más llega la buseta y todos corren a sus oficinas a comenzar el día… mientras
tanto en los pasillos, en la cancha o donde puedan, encontramos estudiantes con
gran energía, chateando, conversando y de repente estudiando… y entre aulas y
oficinas, muchas reuniones, academia, investigación, vinculación y buena
vibra…transcurren los días largos, nos tocan las 10 y tantas de la noche y sigue el movimiento con los
últimos docentes y estudiantes que concluyen su jornada…y así un
día todos los días, porque trabajamos de lunes a domingo.
Por tanto el encanto está entre compartir la jordana en un
ambiente agradable y de mucha camaradería. EL ENCANTO DE LA PUCESE está entre
personas sensibles que han construido las bases sólidas de una institución que
aun siendo muy joven con 33 años está aportando positivamente al desarrollo de
Esmeraldas donde esperamos dejar una huella.
(Palabras de bienvenida por en la sesión solemne por los 33 años de la PUCESE)
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